La preocupación por la estética no es un fenómeno del pasado siglo, sino que ya en las antiguas civilizaciones había un interés por mejorar el aspecto corporal, por razones rituales o puramente estéticas.
Así, en los papiros médicos del antiguo Egipto hay multitud de formulaciones con finalidad estética, desde evitar la caída del cabello o, por el contrario, inducir su caída, hasta productos antiarrugas.
La prevención de las estrías del embarazo no fue una excepción.
En el Egipto faraónico, e incluso antes, a las mujeres les preocupaba la aparición de estrías durante el embarazo y trataban de prevenirlas o tratarlas con aceites y preparaciones cosméticas descritas en los papiros médicos.
Desde entonces, la prevención de las estrías ha seguido por derroteros dispares, pues, salvo el uso de aceites como el de oliva, con la presunta finalidad de hidratar la piel, no hay constancia de actividades preventivas hasta la época moderna de la cosmética del embarazo que data, como mucho, de finales de 1970.